Con la llegada del frío, aumentan los cuadros respiratorios en la infancia. La Dra. Javiera Kreft, broncopulmonar del Hospital de Niños Dr. Roberto del Río, entrega recomendaciones clave para saber cuándo consultar y cómo cuidar a los más pequeños en casa.

Las enfermedades respiratorias son una de las principales causas de consulta pediátrica durante el invierno. Frente al alza estacional de virus como el sincicial y la influenza, muchas familias se preguntan: ¿cuándo es realmente necesario llevar a un niño o niña al hospital?

“La primera pregunta que debemos hacernos es: ¿cuándo preocuparnos?”, plantea la Dra. Javiera Kreft, médica broncopulmonar del Hospital de Niños Dr. Roberto del Río. “Es normal que los niños se resfríen o tengan tos, pero hay señales que no debemos pasar por alto”.

Signos de alarma

Entre los principales síntomas que requieren atención médica inmediata, la especialista destaca:

  • Respiración rápida o con esfuerzo visible.
  • Hundimiento de costillas al respirar.
  • Quejidos o silbidos en el pecho (especialmente en menores de un año).
  • Coloración azulada en labios o rostro, sobre todo al toser.
  • Somnolencia excesiva o dificultad para alimentarse.
  • Fiebre alta persistente por más de dos o tres días.

«Si un lactante presenta estos síntomas, es fundamental acudir sin demora a un centro asistencial», enfatiza la Dra. Kreft.

¿Y cuándo quedarse en casa?

En el caso de cuadros respiratorios leves, muchas medidas pueden aplicarse en el hogar, evitando la exposición innecesaria a salas de urgencia:

  • Mantener una buena hidratación, ofreciendo agua, leche materna o fórmula.
  • Realizar lavados nasales con suero fisiológico unas 4 veces al día para aliviar la congestión.
  • Mantener el ambiente libre de humo de cigarro y otros contaminantes intradomiciliarios.

“La mayoría de los resfríos comunes se pueden manejar en casa con estos cuidados básicos, que ayudan al niño a respirar mejor y a recuperarse”, explica la especialista.

Prevención: la mejor defensa

La Dra. Kreft recuerda que la prevención sigue siendo fundamental. Algunas medidas clave incluyen:

  • Lavado frecuente de manos con agua y jabón.
  • Evitar lugares cerrados y aglomerados, especialmente con niños pequeños.
  • Usar mascarilla si algún integrante de la familia presenta síntomas respiratorios.
  • Mantener al día las vacunas, en particular contra la influenza y el COVID-19.

Finalmente, la especialista entrega un mensaje de tranquilidad a madres, padres y cuidadores:

«Sabemos que ver a un hijo enfermo genera preocupación. Confía en tu intuición. Si ves algo que no está bien, consulta. Estamos aquí para cuidarlo.»